Consideramos como un preparacionista o prepper a aquella persona que intenta prever los riesgos factibles y toma medidas para minimizarlos, pero existe un contrario que puede llegar a lo patológico, las personas que viven continuamente en Sesgo de normalidad, también conocido como efecto avestruz y pánico negativo.
Se define como Sesgo de normalidad a la actitud de aquellas personas que creen sin lugar a dudas que todo lo que les rodea va a funcionar siempre como está establecido y por ello, desdeñan la posibilidad de riesgos o de una catástrofe. Se puede hacer un paralelismo con el mito del avestruz, que mete la cabeza bajo tierra para no sentir el peligro.
El vivir en permanente sesgo de normalidad conlleva dos peligros paralelos, el nunca tomar medidas de precaución, y el más peligroso aún, el no tener la mente preparada para aceptar que se está en peligro. Ante algo que se sale de lo esperado y especialmente si es un peligro o catástrofe, es normal angustiarse y tardar en reaccionar por la sorpresa, pero si tenemos la mente obcecada en que lo que nos está pasando es imposible, la situación puede degenerar en parálisis y quitarnos toda posibilidad de reacción. En ese caso, estaremos a merced de que sea otro el que nos salve si es que hay alguien que pueda preocuparse de nosotros.
Nota: es falso que las avestruces metan la cabeza en la tierra cuando se sienten amenazadas, por tanto, no seamos más tontos/as que un avestruz.
¿Es sano el Sesgo de normalidad?
¿Cómo combatir el Sesgo de normalidad?
Sin llegar a caer en la paranoia, hay que preparar la mente para que asuma que hay imprevisto de forma que pueda aceptar rápidamente la situación de peligro y ponerse en marcha para solucionarla. Esto será aún más fácil si se han tomado medidas físicas para ayudarnos en caso de catástrofe, esto es lo que hacen los preppers.
La pauta que se debe instruir a los que viven en permanente estado de sesgo de normalidad contiene las cuatro etapas de preparación mental (y física) que todo prepper pone en práctica: preparación, advertencia, impacto y consecuencias.
La diferencia entre estar preparados para asumir que está sucediendo una catástrofe o ignorarle, puede significar desde segundos hasta horas de ventaja para ponernos a salvo.
¿Podemos ignorar a las personas que viven en Sesgo de normalidad?
No, porque en muchas ocasiones nuestra seguridad o la de nuestras familias depende de otras personas. Un dirigente o político que ignore el peligro nunca tomará las medidas necesarias para preparar al país, lo que conlleva ejemplos tan sencillos como no reparar carreteras o construir caminos alternativos en caso de que las vías principales colapsen. Además, si queremos huir y tenemos que llevar con nosotros a un familiar que se niega a reaccionar, eso puede llevar al desastre a toda nuestra expedición. Recordemos que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil.
Para profundizar en estos temas el blog ha publicado dos libros: Manual del preparacionismo: Una guía para tu supervivencia solo dependa de ti y Libro de cocina del preparacionista y el superviviviente. Ambos están disponibles en Amazon.
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